martes, 1 de marzo de 2011

MADRE. DE http://hombremuerdeperro.blogspot.com, PARA LLORAR!!!

MADRE.



















Porque, claro, podría haberlo hecho, podría haberse quedado sumergida en el dolor, podría haberse puesto enojada.
Podría haberse convertido en un pequeño monstruo de furia, podría habernos, incluso, culpado a nosotros de todo lo que no fue bueno.
Podría habernos soltado la mano, podría haber sido un poquito más débil, un poquito más tía y no tan madre.
Pero es ella.
Y ella es Madre.
Entonces va, Madre y te pega una mordida en el corazón y vos los disfrutás, y le da de comer a la otra madre para que el gurí ese feo que tiene en la panza ya venga siendo peronista de fábrica.
Los alimenta, les guarda la platita para cuando nazcan.
A vos te pasó eso?
A tu vecino le pasó?
A quién de todos nosotros, carajo y la puta madre, nos pasó?

Entendés que ahora, y mientras estemos y podamos, todos los chicos del mundo van a nacer con un pan abajo del brazo, pero literal?
Entendés que Madre fue y le dió la teta?
Entendés que esta belleza que nos tocó de jefa está logrando lo impensado?
Querías vos, querido trosko, querido botarate, querido tarambana, que se hagan cargo de los invisibles. Y ahí está, todavía no existen, pero ya tienen derechos.

Sos conciente entonces de que ahora los chicos nacen más fuertes?
Sos conciente de el nivel de patria que tiene la presidenta al desarrollar políticas indudablemente constructivas a largo plazo?
Entendés que ya no va a nacer un chico con desnutrición o ninguna de esas mierdas?
Entendés que ahora los bebes llegan como fluyendo, como tranquilos, como con una sonrisita mucho más posta?
ENTENDÉS PORQUÉ LE DIGO MADRE, CARAJO?

Esto es peronismo, señores.
Y al que no le gusta, no es argentino.
Así de corta.

Y te cuento otra, escuchá: termina toda la historia, no? Y nosotros los militantes ahí en cueros, cagados de calor, tomando agua medio natural, esperando para verla pasar a toda velocidad en el auto.
Eramos miles, posta, te digo.
Y ahí apoyados en las vallas y recordaba entonces yo que la última valla en la que me apoyé fue cuando fue el velorio de Néstor.
Y me acordaba que en ese velorio de mierda también hacía calor, la concha de su madre, y que cantabamos bajito.
Y entonces ahí estabamos y mirabamos y el cordón de la poli detrás de la valla nos miraba tranquilos: hace mucho pero mucho rato que no hay más quilombos ni nos miran fiero.

Y ahí, mientras esperabamos, una turba de trajes avanza mientras el coche oficial queda medio como un boludo, perdido en la mitad de la calle.
Y sabés lo que hizo madre?
Vino hasta nosotros.
Pasó por toda la valla, con todo el tiempo del mundo, nos tocó todas las manos, nos besó todas las caras.
Y sonreía.
Sonreía de verdad.
Sonreía con esa hermosura que el tiempo le dió.
Sonreía con la bravura de su propio tiempo que dura mucho más que el nuestro.

Y se sacaba fotitos.
Y no tenía porqué hacerlo.
Pero sabía que estabamos ahí,
Y le gritabamos gracias.
Y le revoleabamos besitos.
Y llorabamos y sonreíamos y sabés qué?
A muchos no les sorprendía, porque ella, es Una De Nosotros.

Y repetía la historia, y cruzaba la plaza (OTRA VEZ LO HACÍA ELLA, OTRA VEZ LO HACÍA ÉL) y el otro forro, desde donde sea que esté, debe estar abrazándose con la luna y el sol sabiendo que las cosas, están mejor que nunca.